Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán…
Discúlpenme, por parecer agua fiestas. Pero ¿es que acaso los mexicanos, más allá de nuestro aniversario, de tener una familia y de formarla, de dar luz a los hijos y enseñarles buenos valores, tenemos algo que celebrar?
A mis amigos, quienes en estos momentos lo estén haciendo, no los culpo, siempre serán mis amigos a quienes aprecio.
Los distintos gobiernos, sabemos, se han encargado de introducir distractores para que olvidemos hechos lamentables como estos.
Me supongo que hoy, no es un día especial para las familias de los 43 normalistas desaparecidos. Ni para tantos mexicanos que han sufrido puntuales injusticias en nuestro país. Y qué decir, de los que viven en las sierras, olvidados y con hambre.
Creo que si bien, la necesidad de distraerse de los problemas, nos empuja a convivir en un evento hecho con el fin de distraer, más que de conmemorar, por lo menos, no olvidemos a aquellos que han caído víctimas del atropello e injusticia.
El terreno en donde estuvo la guardería ABC, aún susurra lamentos de injusticia y debido esclarecimiento. No lo olvidemos. Pudieron ser nuestros hijos, sobrinos o nietos.
No amigos, lo siento, no soy aguafiestas, pero en México, hoy no tenemos mucho que celebrar respecto al rumbo que ha tomado este país, de injusticia y muerte en vano, todo, a pesar de haber logrado hace muchos ayeres nuestra “independencia” con sacrificios que realmente valieron la pena en su momento.
Que pasen una buena noche, y lleguen quienes salieron, sin problemas ni contratiempos a su hogar.
Escrito por Oswaldo Cruz Piloni.
México, 16 de septiembre de 2015.