—¿Te has quedado dormida alguna vez entre los brazos de un chico, Beatriz?
Ella negó con la cabeza.
Pues me alegro de ser el primero.
—Cambió de postura para que le apoyara la cabeza en el pecho, cerca del corazón. Su delicado cuerpo encajaba a la perfección a su lado—. Como la costilla de Adán —murmuró Gabriel contra su pelo.
—¿Tienes que marcharte? —susurró Julia, acariciándole el pecho con dedos vacilantes.
—Sí, pero no esta noche. —¿Volverás? —Su voz era casi un gemido. Él suspiró profundamente. —Mañana seré expulsado del Paraíso, Beatriz. Nuestra única esperanza es que tú me encuentres. Búscame en el Infierno. La volvió delicadamente, tumbándola en el suelo. Luego colocó una mano a cada lado de su cuerpo y se cernió sobre ella. Con los ojos muy abiertos, la miró con nostalgia, intensamente, como si pudiera ver dentro de su alma. Y entonces, la besó.
El Infierno de Gabriel
No subas pornografía en tus temas o mensajes y evita ser reportado por otros usuarios. Lee las guías de uso aquí