Pecado 1: Creer que nuestra desnudez es suficiente. Los hombres responden bien a los estímulos visuales, ¡por supuesto! Pero el hecho de que te desnudes y muestres tu torneada y curvilínea silueta de gimnasio, no siempre es suficiente. Tal vez, solo sea una buena motivación para las primeras veces… Chicas, con el paso del tiempo, por más bellas que seamos, el impacto visual ya no es el mismo… ¡Asumámoslo! Nos volvemos algo cotidiano y conocido. En la cama debemos ser creativas y generosas: saber acariciar, innovar con posturas, preparar escenarios y ¿por qué no? Ser también nosotras las que lo admiremos a él.
Pecado 2:
Avergonzarte de tu cuerpo. Así como algunas sienten que son objetos de admiración, otras (muuuuchas) le tenemos pánico a que nos vean desnudas. Pero tienes que saber que si él te eligió a ti y quiere tener sexo contigo, es porque te considera bella, así ¡tal cual eres! Imagina lo contrario: que cada vez que tú acaricies sus bíceps, él te diga: "No, no los toques, que son pequeños!” o "Seguro que no te gusto porque tengo panza”. Un fastidio, ¿verdad? Así que aprende a querer cada parte de tu cuerpo y ¡disfruta de todo el placer que es capaz de brindarte!